dos rosas y un vino tinto...

Devastada por una gran decepción, ella se encontraba ahí, sentada viendo el horizonte para ver si su amado volvía, mas ella parecía inquieta y dejo sus bellos recuerdos al olvido. Se inquietaba màs porque ya no lograba ver el rostro de su amado, mas su corazón latía rápidamente. De repente su corazón dejo de palpitar, sus ojos se cerraban lentamente y sus manos que solían ser cálidas, se transformaban en manos muertas, en una rosa con espinas, sus labios que solían ser rojos tipo carmesí se estaban apagando poco a poco. De repente todo se quedó en blanco... un silencio profundo invadía el lugar, ella con el último respiro pronunció su nombre y con ese mismo respiro su vida acabó.

Pasaron días, meses, años y su cuerpo perfectamente intacto acostado sobre una hermosa cama, sus sábanas de un delicado algodón, todos impresionados por aquel acontecimiento mandaron a llamar al ser amado por ella, al ser que le rompìo su corazón, a la persona que había amado toda su vida, mas sin embargo su corazón lo amó y lo odio al mismo tiempo.

En la puerta apareció el, sus ojos se estremecieron a tal punto que una lágrima de él se convirtió en una gota de sangre. Su vida ya no era como antes, su alma atormentada acabó con su ser, entonces ¿ Porqué la abandonó?, él viéndola ahí muerta pero con la belleza que siempre había tenido, sus manos heladas pero con esa calìdes que siempre la llevó, las lágrimas de él comenzaron con màs fuerzas hasta que de repente sintió como un frío, un viento desolador cruzando sus mejillas, el se levantó y retornó a su ciudad, el se dijo asì mismo secándose sus lágrimas que ella solamente fue un error.

Al retornar a casa, en su maleta, había una carta, era de ella, reconocía por su perfume, un aroma de rosas, ese aroma era tan perfecto, que solo al respirar se sentía como si ella estuviese ahí.

Delicadamente abrió la carta y dentro de él le empujó para que leyera:

Con mi ùltimo aliento, me despido, con este respiro mi corazòn te dicta que aunque te hayas ido, aunque te hayas burlado de este pobre e iluso corazòn que solo querìa aprender a amar.

Amar, que bella palabra, pero porque nosotros, los seres humanos no podemos darle el verdadero significado, yo te la dì mas tu creo que solo para ti fui un error.

Una tarde de Abril, me entregué a ti, tus besos, tus caricias, me hacían sentir, especial, las noches que pasábamos juntos, ¿Lo recuerdas? si no lo recuerdas, yo si, al menos hasta hoy, porque este dìa mi alma se juntará en el infierno, el lugar donde algún dìa nos encontraremos.

te di mi pobre vida, tu la asesinaste, un cuchillo en mi cajón, en el cajón de esta pobre alma, pero no te preocupes, vive tu vida, el dìa que nos encontremos, un beso de alcohol de mi última bebida derramará en tus labios un néctar especial, sabes, serà el veneno que derramaste en mi piel, en mi alma, ese dìa estaré en paz.

Por siempre tuya...

Bìa.