La vanidad puede llegar ha ser un gran enemigo en nosotras las mujeres sino la detenemos a tiempo se puede convertir en una obsesión... en vez de sueños en una gran pesadilla.
Aquel viernes por la tarde, Emma una jovencita de 17 años de edad salia del colegio sin saber que hacer muchas cosas rodeaban y acosaban su mente, quizás los trimestrales que se acercaban pronto, su trabajo en la cafetería y sus tardes del los días martes de lectura con su madre, pero eso simplemente eran cosas que se podían solucionar... Quitar horarios ahí, aumentar allá, disminuir eso, aumentar aquello eso era lo que tenia que ser.
Su vida era simplemente una rutina, no tenia amigos, quizás su único amigo era su vecino Seb, màs el no pasaba mucho tiempo en su casa ya que tenia que trabajar para poder sobrevivir, ya que vivía solo con su abuela materna. El único tiempo que hablaba con Emma eran los horarios de receso del bachillerato, eran simplemente los mejores amigos.
En las noches al acabar todas sus tareas, se sentaba en la sala viendo la televisión, aquellas mujeres espectaculares con un busto enorme, los labios mas sensuales y provocativos , la cabellera mas sedosa y delicada y tal vez su aroma, la fragancia que usaban, su cuerpo irresistible, hacían parecer que Emma solo era una chica pálida con ojos color avellana, su cabellera rizada, sus labios no tan provocativos, su piel suave pero seca muy seca a la vez, y sobre todo sus lentes que le hacian ver una chica poco agraciada. El sueño de Emma era siempre ser la mas linda del colegio ya que la mayoria de chicas eran como modelos, se vestían al ultimo grito de la moda usaban colores llamativos, se llevaban con todos los chicos, algo que ella jamas podía hacer. Emma usaba unos jeans no tan ajustados, unos zapatos deportivos muy cómodos y buzos que normalmente solían ser de color gris, azul, blanco, concho de vino y colores crema. Su autoestima estaba por los suelos, su madre llegaba tarde del trabajo y apenas tenia tiempo de arreglar la caza, su padre viajaba demasiado por comercio, mientras su hermano mayor Mike estudiaba lejos, y apenas solo conversaban pocas horas por el chat.
Cierto dìa, una nueva alumna había ingresado al colegio, al ingresar a la clase de Emma, ella se sorprendió ya que la belleza de aquella estudiante era de tal grado que todos no podían dejar de mirarla. Anna era su nombre, una belleza única pero de cierta manera era muy plástica su forma de vestir, su forma de hablar, hasta su forma de pensar eso si llegaba a tener un poco de neuronas.
Poco a poco Emma y Anna se convertían en grandes amigas, todo compartían, hasta las amistades. Emma poco a poco se había transformado en una persona indescriptible, ya no era la misma. La forma de hablar, la forma de actuar, pasado ya cuatro meses de haber conocido a Anna, Emma se convirtió en una chica obsesionada por el maquillaje, por el modo de vestir algo que no solía ser.
La amistad con Seb se había desvanecido, el trataba de localizarla pero de una u otra forma ella desaparecía. Toda su amistad se había desvanecido en un segundo. Emma ya no aparecía en su casa, solìa estar en un centro comercial o en casa de Anna con sus otras amigas, Laura y Stephanie, hablando de chicos atractivos, chismes de la actualidad y sobre todo la belleza en que manera deberian mejorar.
Un martes 22, comenzaron ha realizar una actividad, mirarse todos los martes y jueves por una tres horas al espejo, así comenzaron la "bella actividad" que según Emma era demasiado interesante. Martes, Miércoles, Jueves todos los días en el espejo, todos los días gritaban frente a él: !estoy demasiado gorda!, mi nariz no es perfecta, mi busto es pequeño, como podré gustar a un chico... Llegó las invitaciones para el baile anual del colegio, y como en esa època todas las chicas se alborotan !que me voy a poner, no tengo absolutamente nada!, esa frase tan peculiar, que Emma comenzó a robar a sus padres, el dinero de su futuro, comenzó a vender objetos de valor, y comenzó a comprar ropa descotada. Emma toda la noche se veìa al espejo era una gran obsesión ya no comía, su madre le preguntaba que le pasaba y de una forma tan deprimida le decía que nada que estaba estudiando para los finales. Mas no la obsesión por el espejo era mas demasiado que cargaba uno en su mochila, y se veía en todas las horas de clase y si alguien trataba de quitarle con un golpe a quien sea. Ya no aguantaba mas, sus desmayos era causa de una mala alimentación, su rostro era cada vez mas débil.
UN GRITO DESESPERADO Y UN SONIDO DEMASIADO FUERTE se escuchó en el dormitorio de Emma, el espejo destrozado y Emma en la esquina desquiciada con un pedazo de espejo roto en sus manos la encontraron.
La única solución fue internarla en un hospital psiquiátrico y cuentan de que cada vez es màs fuerte su obsesión por un espejo y que tenían que inyectarla cada vez que se alteraba. La vanidad le causo a ella un gran precio, el espejo no le soluciono nada, solo le causo problemas.
Las chicas que están obsesionadas con la belleza, el maquillaje es un disfraz... solo hay que ser uno mismo... la belleza esta en el interior.
Los sueños de Emma se convirtieron en una terrible pesadilla.... No actúes asì!
